lunes, 27 de mayo de 2013

CHARLA FIN DE CURSO

CONFERENCIA CON  LA ARQUEÓLOGA CAROLINA VILLAGORDO ROS
SERGIO CALVO
El pasado viernes 24 de mayo recibimos la visita de Carolina Villagordo Ros, arqueóloga turolense que desarrolla su trabajo en distintos yacimientos de la provincia de Teruel. Tras las conferencias de una investigadora, un astrofísico y de varios paleontólogos en Dinópolis tuvimos la oportunidad de cerrar nuestro círculo de entrevistas con una arqueóloga especializada en las culturas celtíbera y romana.
Desde un primer momento Carolina Villagordo incidió en que los arqueólogos no eran más que historiadores; su cometido se basa en la interpretación de restos para asociarlos a distintas culturas y épocas. Además de los restos que analizan los arqueólogos hay otras maneras de interpretar la historia, como son la memoria colectiva o los documentos históricos. En cuanto al estudio arqueológico los profesionales distinguen dos fases en su trabajo: la prospección y la excavación. La prospección es para nuestra conferenciante la fase más interesante, por la labor investigadora. Una investigación que abarca desde las encuestas orales a campesinos o el estudio de la toponimia (nombres de los lugares), hasta el estudio de las fotografías aéreas o el trabajo de campo.
La excavación por su parte es un proceso meticuloso que requiere una documentación intensiva para evitar perder datos y una extracción meticulosa para recuperar todos los restos. Esto es parte de la metodología de la arqueología, pero Carolina Villagordo incidió en la que debe ser la finalidad de toda excavación o estudio arqueológico: la difusión científica y cultural, ya que todos estos restos pertenecen al patrimonio cultural del país.
Nuestra conferenciante terminó su exposición con un tono pesimista, ya que según ella el futuro de la arqueología en España es poco prometedor. Sólo los arqueólogos de gestión que intervienen en obras públicas tienen un futuro asegurado. Según Carolina, al igual que ocurrió en el litoral levantino durante el “boom” urbanístico, en el actual contexto de crisis económica, en algunos macroproyectos como es el de Eurovegas en Madrid se han modificado las leyes para pasar por alto el estudio arqueológico de la zona. Es necesario el compromiso tanto de la población civil como de las autoridades políticas para mantener un campo tan importante en la comprensión de nuestra historia como es la arqueología.

miércoles, 8 de mayo de 2013

“RELIGIÓN Y DARWINISMO”


VICENTE RODRÍGUEZ, RAFA NAVARRO Y RUBEN SORIANO
“RELIGIÓN Y DARWINISMO” es el nombre de nuestro trabajo, cuyo principal objetivo es el realizar un análisis entre las relaciones a lo largo de la historia entre la teoría de Darwin y el discurso teológico, en especial el cristiano por su influencia en el pensamiento occidental.
Así pues, tras conocer el mito de la creación relatado en las sagradas escrituras de la Biblia (Génesis) que muestran una visión del mundo  antroponcentrista, donde el hombre ha sido hecho para dominar todas las cosas  y, un fijísmo en las especies creadas así por dios desde el principio de los tiempos, damos  un salto al siglo XIX en concreto a 1859, año en el que se publica la obra “El origen de las especies “   elaborada por charles Darwin.  Una obra que revolucionará el panorama científico. Afirma Darwin en su teoría que las especies evolucionan por medio de un mecanismo denominado selección natural, que las especies no siempre han sido como las conocemos ahora y que muchas proceden de antepasados comunes y lo que es más relevante todavía: el hombre no está fuera de esta evolución por selección natural, de modo que  tal vez no haya sido hombre desde el inicio de los tiempos.
 La controversia generada por la teoría del científico inglés fue notoria y suscitó un gran debate entre la comunidad científica del momento.  Pronto surgieron diferentes opositores a este nuevo concepto de evolución de las especies y diferentes argumentos que pretendían rebatir dicha teoría. Algunas más radicales, como el catastrofismo basado en las sagradas escrituras, hasta posiciones como el neolamarckismo que, rechazando el proceso de selección natural,  aceptaban la teoría de Lamarck o el célebre argumento del relojero del naturalista y teólogo William Paley. Sin embargo ninguna de estos argumentos consiguió derrocar la teoría de Darwin y con el tiempo fue aceptándose en la gran parte de la comunidad científica y consolidándose como hecho más que teoría, sobre todo a comienzos del siglo XX  tras el despegue en los conocimientos sobre genética que daba respuesta al origen y transmisión de las variaciones en los individuos.
Y así llegamos al panorama actual encontrando tres posicionamientos principales respecto al darwinismo y la religión.
Por un lado encontramos, principalmente en E.E.U.U., un grupo de científicos antidarwinistas herederos del fundamentalismo radical sureño de los años 50, enmarcados en lo que se ha llamado el diseño inteligente que, a raíz del gran avance de la ciencia actual buscan corroborar el antiguo argumento del relojero de William Paley para desmontar  la evolución y dar por verdad el mito de la creación.


El polo opuesto al diseño inteligente lo hallamos en el científico británico Richard Dawkins, quien ha empleado grandes esfuerzos en invalidar el diseño inteligente e incluso llegar a conclusiones ateas  a raíz de la teoría de la evolución, creyendo pues que el concepto mismo de evolución niega por si solo la existencia de dios.


Finalmente llegamos a la conciliación entre fe y ciencia, defendido por personajes como el teólogo católico John F. Haught y el teólogo episcopaliano y bioquímico Arthur Peacocke, pues creen que Dios hace su obra a través de un proceso evolutivo. Sin duda, todos tenemos derecho a interpretar la sagrada escritura. Al fin y al cabo la fe y la ciencia  nos dan respuestas sobre las cuestiones del mundo.
 En conclusión y de momento, la teoría de la evolución es más un hecho que una teoría ya que por el momento parece irrefutable. Pero no se puede descartar la existencia de Dios hasta  que no se demuestre lo contrario.

jueves, 2 de mayo de 2013

CREACIONISMO Y DISEÑO INTELIGNTE


Andrea Pascual, Paula Jiménez y Vanesa Pérez
En este grupo hemos trabajado  el creacionismo como corriente científica o filosófica, anterior a la evolución, de la cual ha derivado en la actualidad el diseño inteligente.  También se ha visto reflejada la teoría de la evolución, la cual revolucionó  estas ideas a las que deja sin argumentos ante el mundo científico. Tras esta teoría, ni el creacionismo ni el diseño inteligente han tenido validez científica a pesar de que el diseño inteligente se ha esforzado en crear nuevos argumentos.
El creacionismo es una teoría filosófica y religiosa anterior al evolucionismo. Su base se centra en la afirmación de que la tierra y los seres vivos fueron creados directamente por dios y que los seres entre los que se incluye el ser humano son tal y como dios los ha creado. Durante mucho tiempo esta teoría fue científica y más válida que la actual teoría de la evolución.  La teoría creacionista clásica es una interpretación bíblica por lo cual hoy en día es considerada una teoría religiosa y no científica.
El creacionismo fue iniciado y difundido por  Henry Morris el cual se considera el padre de esta teoría. Los escritos de Henry Morris buscaron una validación científica a la interpretación literal de la biblia intentando explicar el mundo a partir de ésta.
Una de las formas de apoyo de esta teoría fue el catastrofismo, que intentaba derrocar las pruebas fósiles explicando una serie de catástrofes que habrían acabado con las especies anteriores a las actuales.
La teoría que refutó esto es el evolucionismo, una teoría desarrollada por Darwin que sostenía que hemos ido evolucionando a lo largo del tiempo, contando con la selección natural. Las pruebas en las que se apoya  esta teoría son: el registro fósil, los órganos homólogos de algunos animales, el desarrollo embrionario, sistemática y taxonomía.
El diseño inteligente es una corriente teológica y filosófica originada en Estados Unidos dentro del protestantismo y derivada del  creacionismo, que se opone a la Teoría Sintética de la Evolución, de la misma manera que el creacionismo al darwinismo. El diseño inteligente sostiene que las cosas que no tienen capacidad de pensar deben de ser dirigidas por alguien que sí tenga capacidad de pensar para que estas funcionen correctamente. Sostienen que es necesario que las cosas y los seres hayan tenido un diseñador inteligente, debido a su complejidad, la cual implicaría el diseño inteligente, que tiene que haber sido ejercido por un ser.  Así pues el diseño inteligente es una forma nueva del creacionismo, fusionándolo con el pensamiento de Tomás de Aquino e intentando presentar nuevos argumentos que pretenderán ser acordes con la ciencia de hoy en día. Los dos autores más importantes de esta corriente fueron Behe que escribió La caja negra de Darwin y apoyó el argumento de la complejidad Irreductible y Demski , que desarrolló el argumento de “el universo bien afinado”.
Como conclusión podemos observar que al cambiar el contexto cultural y al ser aplastada por un montón de argumentos, la teoría del creacionismo ha perdido toda validez científica, a pesar de que aun sigue habiendo un número reducido de personas que persisten en defender la teoría normalmente por motivos religiosos. Los mismos motivos por los cuales le  fué tan dificil a Darwin decidirse a publicar el Origen de las especies y conseguir apoyos entre los científicos de su época, sumamente arraigados a su religión.