lunes, 11 de marzo de 2013

EL AGUA ES LA SANGRE DE LA NATURALEZA

EL AGUA ES LA SANGRE DE LA NATURALEZA
Andrés Alegre Cortés
Álvaro Cavero Punter
Rubén Garzarán Ariño
Ignacio Giménez Alba
PRIN: EVOLUCIÓN Y PENSAMIENTO – 2º de Bachillerato
Los integrantes de este grupo de trabajo hemos realizado este artículo que formará parte de la revista cultural del instituto que este año gira en torno al agua. Hemos considerado que al ser el agua el medio por el cual Alfred Russel Wallace viajó para formular y confirmar sus hipótesis acerca de la evolución, sería interesante realizar un artículo sobre su viaje al archipiélago malayo con algunas de sus vivencias y sus experiencias más destacables.

El agua es un medio exuberante de vida; pero además de ser el primer lugar en el cual se desarrolló la vida y a partir del cual evolucionaron los demás seres que poblarían todo el globo terrestre, es el medio que ha inspirado a numerosos autores para desarrollar su teoría.  El mismo Alfred Russel Wallace desarrolló la mayor parte de su teoría rodeado de este elemento, y dio nombre a la famosa “Línea de Wallace”; un canal de agua profunda que pasaba entre las islas de Célebes, Borneo, Balí y Lombok.
Wallace inició su viaje en el Archipiélago Malayo. En él viajó por las diferentes islas (Banda, Dobbo Malaca, Singapur, Macasar, Borneo, Sumatra…) recogiendo numerosas pruebas que apoyaran su teoría. Una de las pruebas que más le llamó la atención durante su viaje fue el descubrimiento del pez volador de las islas de Arú. Con él quedó muy impresionado ante la adaptación que había sufrido en sus aletas, que se habían especializado para poder saltar por encima del agua con diversos fines, entre ellos, huir de depredadores lo que es un rasgo que le da ventaja frente a otros peces; esto fue una gran prueba recogida en sus investigaciones que afirmaba la evolución. Otra de las pruebas de la evolución que Wallace observó en su viaje por el archipiélago Malayo fue la de los orangutanes en Sumatra y Borneo, que aunque en la mayoría de sus rasgos fueran idénticos, variaban ligeramente entre unos y otros. Esto llevó a Alfred a suponer que quizá esto se debía a que ambas razas en el pasado convivieran juntas, pero que evolucionaron de una forma distinta unos de los otros.
Para poder financiarse estos viajes, Wallace debía vender la gran mayoría de las muestras de animales, plantas y fósiles que iba recogiendo a lo largo de sus expediciones a científicos que requiriesen estas pruebas para sacar conclusiones y elaborar sus teorías. Fue de este modo como Wallace conoció al otro célebre autor de la teoría de la evolución, Charles Robert Darwin; ya que él era uno de sus numerosos proveedores. No obstante, la relación entre ambos era en un principio puramente de negocios, y nunca hablaron de sus respectivas hipótesis, ya que Darwin no tenía en gran estima los conocimientos científicos de Wallace.
Una vez Wallace hubo recogido numerosas pruebas de la evolución en sus viajes, especialmente en el mencionado anteriormente, procedió a la elaboración de su teoría. Mientras tanto, Darwin llevaba años elaborando su propia teoría, sin atreverse a sacarla a la luz. En 1858 Wallace envió su teoría a Darwin, pidiéndole su sincera opinión acerca de ella. Éste se vio entonces en un dilema moral: reconocer los méritos de Wallace o adelantarse a él y publicar su teoría. Este problema lo resolvieron sus amigos y célebres científicos Lyell y Hooker; los cuales publicaron ambas teorías conjuntamente, aunque por separado, en Journal of linnean society, dando de esta forma a conocer la teoría de la evolución al mundo entero.
Junto a Wallace viajaron en sus expediciones otros científicos, los cuales también usaron el medio acuático como transporte para llevar a cabo sus investigaciones; es el caso de su compañero William Henry Edward Bates. Incluso el mismo Charles Darwin viajó alrededor de todo el mundo en el Beagle, recogiendo pruebas a favor de la evolución y convenciéndose a sí mismo de la evidencia del proceso evolutivo.
Wallace se basó en estos autores e influenciado por el libro Vestigios de la Historia Natural de la Creación, de Robert Chambers comenzó a indagar acerca de la evolución y de la idea de selección natural propuesta para la sociedad en el libro de Robert Malthus  Ensayo sobre el principio de la población.
Su teoría fue criticada por naturalistas, zoólogos y teólogos de la época; no obstante hoy en día Alfred Russel Wallace es reconocido por su papel en la ciencia y como activista social.


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