Óscar García, Isabel Alpuente y Sebas Alexandru
Hasta la llegada de la población de la Sima de los Huesos en Atapuerca, con los preneandertales, la evolución había ido produciendo un aumento espectacular en el tamaño del cerebro, por lo que se produjo un avance en las capacidades mentales superiores y una expansión de la conciencia, pero que no solo se limitaba al presente sino que se extendía a un futuro.
Se cree que cuando se produjera
el fallecimiento de algún miembro del
grupo en una de las cuevas de la sierra de Atapuerca o en sus cercanías, los
humanos lo llevarían hasta ese rincón oculto que era la Sima para depositarlo.
Esto podría considerarse una tradición que un grupo humano mantendría
seguramente durante varias generaciones.
Con esto podemos decir que los preneandertales
fueron los primeros en tener conciencia sobre la muerte hace más de 350.000
años. La conciencia de la finitud de la vida propia y sus primeras evidencias
han sido nuestro objeto de investigación durante el tercer trimestre del curso.
Los neandertales
enterraban a sus muertos en posición
fetal o durmiente, con la
cabeza hacia el oeste y los pies hacia el este, generalmente
pintados con ocre rojo, con
los utensilios que había usado en vida y también con animales
colocados en sus manos, y en
algunos enterramientos colocaban
flores y plantas medicinales.
Algunos antropólogos han planteado que esta
disposición se debe a que veían en la muerte el renacimiento
a un nuevo cuerpo (reencarnación), por ese motivo,
los muertos eran colocados
en la postura de los fetos, esperando que volviesen nuevamente a la vida.
Respecto a la evolución de los
ritos funerarios y los enterramientos a lo largo de la evolución humana, cabe comenzar
señalando que referido a los Homo habilis, no se halla ninguna evidencia de que
realizaran enterramientos ni de que tuvieran conciencia propia de la muerte.
Posteriormente, existen indicios de que el Homo heidelbergensis y el Homo erectus
practicaban ritos funerarios, pero solo a partir de los H. neanderthalensis se
puede afirmar con exactitud que los humanos han enterrado ritualmente a sus
muertos, aunque de formas muy diversas (Cabe destacar el yacimiento de la Sima
de los Huesos, que alberga los restos de Heidelbergensis muy importantes).
Como nota aparte cabe destacar
que el desarrollo de la capacidad intelectual fue lo que permitió adquirir una
conciencia sobre el significado de la muerte.
Retomando el tema de los
enterramientos de Neandertales, cabe destacar que se aprecian dos vías
distintas de enterramientos: en fosas (yacimiento de La Ferrasie, la
Chapelle-Aux-Saints y muchos otros) y otros en los cuales los cadáveres
recibían tratamientos intensivos [yacimientos
de Kebara, Sidrón (Asturias)…]
Estos restos aparecen
principalmente en las guaridas de animales (se ve la acción de los carnívoros
sobre los cadáveres), en sepulturas y restos en los suelos.
Debido al tratamiento para el
enterramiento de los cadáveres Neandertales (complejos y con la aparición de
ajuares) podemos deducir (ya que en arqueología el ritual se corresponde con
una manifestación de creencias religiosas) que estos rituales y practicas
funerarias fueron el comienzo de alguna religión.
Desde hace aproximadamente 28.000
años y con la desaparición de todos los homínidos anteriores salvo el Homo
sapiens, estas prácticas llevadas a cabo por los Neandertales se fueron haciendo
cada vez más elaboradas y complejas.
En estos enterramientos aparece
un gran número de ajuares (pertenencias de los difuntos tales como brazaletes,
collares, objetos de piedra y hueso, pieles, cerámicas y objetos de metal tras
su aparición…). Aunque sin ninguna duda el elemento más destacado son las fosas
conjuntas, ya que enterraban hasta 4 individuos en un mismo lugar; como por
ejemplo en el yacimiento de Dolni Vestonice en República Checa o el de Grimaldi
en Italia.
En España podemos contemplar
yacimientos en la Cueva del Ángel en Córdoba y la zona noreste de Cataluña
donde surgen más de 100 yacimientos de enterramientos conjuntos.
Con la llegada del megalítico
surgieron los primeros monumentos funerarios construidos por el hombre, los
megalitos, siendo los más destacados los menhires, los más simples; los
dólmenes, que son dos menhires cubiertos por una losa en horizontal y por
último el conjunto de Stonehenge.
Estas prácticas funerarias se
vieron culminadas ya propiamente en nuestra historia, con construcciones como
las pirámides de Egipto, los templos Mayas o la catedral de Santiago de
Compostela, llegando hasta nuestros días y siendo el culmen de las creencias en
el más allá, es decir, que gracias a la mayor abstracción los cerebros de
nuestros antepasados se tomo conciencia
de que quizá la vida no se acabaría después de la muerte.
ISABEL ALPUENTE; SEBASTIAN ALEXANDRU; OSCAR GARCIA
Bibliografía
https://lacienciadivulgativa.blogspot.com.es/2013/02/el-ritual-funerario-del-paleolitico.html
Arsuaga, J. L. (1999) El
collar del Neandertal. Ediciones Temas de Hoy, Col. Tanto por Saber. ISBN 978-84-7880-793-2.
que bien me serbio esta pagina por que tiene la informacion que otra no tiene GRACIAS!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarVOY A VOLVER A UTILIZRLA
ResponderEliminarMuchas gracias por la informacion
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