viernes, 24 de febrero de 2017

"Post-verdad" creacionista

Eva Navarrete, Diego Giménez, Ana María Viera.

En los últimos meses ha resonado y ha estado en boca de muchos el término "Post-verdad", ¿pero realmente sabemos que es lo que se quiere decir cuando lo utilizamos? En rasgos generales podemos decir que marca una era en la que la apariencia de que algo es verdad es más importante que la verdad en sí. Según el diccionario Oxford la "post-verdad" se define como "Relativo a o denotando circunstancias en las que hechos objetivos son menos influyentes en la formación de la opinión pública que la apelación a la emoción y a la creencia personal".

Esta palabra se ha puesto de moda recientemente y, por tanto ha sido elegida como la palabra del año, ¿pero porqué ha sido tan sonada esta palabra este último año? Su popularidad se debe a su asociación con el término Brexit y Donald Trump y a su relación con la frase "política post-verdad".
Pero para nuestra reflexión y en acuerdo con su definición, el término post-verdad también es aplicable al movimiento creacionista, éste defiende una doctrina que consiste en la creencia de que los seres vivos han surgido de un creador y no son fruto de la evolución. Esta teoría se conoce hoy en día como “Diseño Inteligente”. ¿Por qué decimos que la post-verdad y el creacionismo se pueden relacionar? Decimos esto debido a que en los últimos años se ha puesto de moda la aceptación del creacionismo al ser una postura más fácil de comprender o de creer emocionalmente que la teoría de la evolución ya que no posee una base científica compleja y, por tanto, es más fácil de difundir y aceptar que la teoría de la evolución. Decimos que el creacionismo no tiene base científica por el hecho de que sus argumentos se fundamentan en la existencia de un Dios o Creador todo poderoso en sí indemostrable por medio de la ciencia.
Ahora bien, ¿en qué consiste exactamente el creacionismo? Como hemos dicho antes se fundamenta en el Diseño Inteligente, y las personas que defienden esta postura afirman que la complejidad de los organismos no puede ser fruto de la evolución, sino que es obra de un creador inteligente. Esta postura fue defendida por William Paley (S. XIX), y de de otra forma la podemos ve en Tomás de Aquino (S. XIII) y John Ray (S. XVIII) entre otros. Sus actuales partidarios, parten de la base de considerar la evolución como una simple teoría.
William Paley (S.XIX) en su libro "Natural Theology" defendió el Diseño Inteligente o el creacionismo por medio de dos argumentos; el primero se basa en que todos los organismo del planeta están diseñados para un fin; y el segundo, se basa en que la perfección y el diseño funcional de los organismos sólo pueden ser fruto de un creador omnipotente e inteligente y no mero fruto del azar.
En la década de los 90 Michael Behe, William Dembski o Philip Johnson vuelven a defender el Diseño Inteligente por encima de la selección natural alegando los mismos argumentos que los autores de otros tiempos, es decir, argumentando que los organismos tan complejos no pueden ser fruto de la selección natural (que ellos entienden como mero “azar”) por el simple hecho de que ese proceso de selección no puede explicar esa complejidad.
Los defensores del Diseño Inteligente utilizan la complejidad del ojo como un ejemplo del argumento de la complejidad de los organismos; pero el ejemplo predilecto la supuesta complejidad irreducible es el del flagelo bacteriano, el cual, según Behe, está formado por tres partes, y en caso de que una de ellas falte, el flagelo no puede funcionar, por lo que no podría haber evolucionado de forma gradual, al no poder funcionar tampoco cada parte por separado.
Ante esto, los evolucionistas explican cómo una parte del flagelo evolucionó como un mecanismo para que las bacterias fuesen capaces de inyectar proteínas a través de la membrana de una célula, por lo que el flagelo no es irreduciblemente complejo, sino fácilmente explicable como fruto de un proceso gradual de evolución por selección natural.
Por lo tanto, ante lo argumentos a favor del creacionismo la ciencia tiene otros muchos para rebatirlos. Como nos explica F. J. Ayala*1, la teoría de la evolución es capaz de explicar las imperfecciones y defectos que poseemos todos los seres vivos, ya que se pueden explicar como un efecto o consecuencia de la evolución, en cambio, es muy difícil sostener que los seres vivos hemos sido creados a partir de un Creador perfecto por el hecho de la cantidad de imperfecciones y defectos que poseeos todos, harían de ese creador un chapucero. Por lo tanto, los cambios y las ventajas adquiridas, se explican como una consecuencia de la selección natural que favorece la adaptación.
Algunos creacionistas utilizan el relato bíblico del arca de Noé para explicar la presencia de fósiles en la corteza terrestre.

Estas son algunas de las razones por las que es más convincente la teoría de la evolución que el creacionismo, la existencia de deficiencias, disfunciones, rarezas y crueldades existentes, las cuales muestran el carácter oportunista y chapucero de la selección natural. En conclusión, el diseño de los organismos es disfuncional, extraño y cruel, por lo que no es compatible con la acción de un Creador o de un Dios todopoderoso.
En definitiva, podemos decir que el conocimiento de la evolución es indispensable para establecer relaciones sostenibles con el entorno natural, además, la biología sin la teoría de la evolución sería un completo sin sentido, por lo que la teoría de la evolución y la selección natural son las explicaciones que llevan al verdadero conocimiento del funcionamiento y la existencia de los organismos y las especies.
Ahora bien, ¿es totalmente incompatible la ciencia con la religión? No necesariamente, ya que aunque la ciencia sea una forma de conocimiento no es la única forma de adquirir conocimiento y de dar sentido a nuestras vidas. Además, si únicamente observamos el mundo a través de la ciencia obtenemos una imagen incompleta del mismo, por lo que algunos necesitamos de otros puntos de vista en nuestra vida para comprender mejor el origen y el funcionamiento de la vida, por lo que podemos decir que, para muchos, no son incompatibles, ya que ambas buscan la verdad y tratan de dar sentido a la vida.

Para algunos la evolución es un incomodo compañero de viaje...

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